Tantanakuy en Humahuaca

TANTANKUY: lugar de encuentro.

Entre estos silencios y tremendos cerros, la vida fluye sutilmente; y el encuentro conmigo misma en completitud, ha sido el más profundo en este último tiempo. Encontrarme en uno de los lugares donde mi alma vibra en plenitud de encontrarse en casa, completa y en soledad compartida.

Entrar a este paisaje y conocer su viento fuerte y doloroso, que atormenta y quema el SER por dentro. Aprender que el elemento al que más respeto y en donde más poder he encontrado es este VIENTO DE HUAYRA, que golpea y te mueve todas las células empujándote a esconderte y a moverte, a reencontrarte y perderte. Lugar donde no te deja olvidar con sus espinas que estamos ACÁ en la grandiosa TIERRA.

Aquí, me consagro de abuela; he sido elegida por esta Milanesa 🐱 para alojarla en este momento de expansión amorosa (hoy llorando por soltarla ja), donde sé que ha sido su suerte mi presencia y viceversa. Dejándola con confianza de que el universo la cuidará aún más de lo que YO he logrado, que sus ronroneos continuos se multiplicarán junto a sus tres cachorros que hoy ya están vitales, vibrantes y con sus casitas a encontrar... FELIZ DE SER PUENTE UNA VEZ MÁS.

Por otro lado, he recorrido y me he perdido entre estas páginas (muchas me quedan para volver), acunada por momentos de la alegría e inocencia de los pequeños que entrando con timidez, me comparten sus movimientos ligeros, infantes, calmos y jujeños. Acercándoles, la sabiduría de los cuentos que nos dejan volar en la imaginación, transformándome en niña que juega y adulta que acompaña.

Las tardecitas Humahuaqueñas, las he sintonizado en esta sala donde la gente se dispone a disfrutar, se predispone a un momento de goce, en este espacio que al norte no le es cotidiano. La pantalla grande, las ropas hermosas y perfumadas para el evento, el baño previo recordado antes de comenzar la función, se apagan las luces y comienza la magia... ¡¡Todos a mirar!!

Por aquí, he saboreado, una vez más, el festejo de la Pachamama con nuevos rostros, con otra identidad honrando a los Torres que nos multiplicamos y nos unimos continuamente, quíen sabe por qué?!... Entre estas majestuosas bellezas ⛰️ he cumplido mi nueva década, entre sus músicos, mis meditaciones, su arte y su paz de saborear la Tierra y su sequedad. Aprendiendo a habitar "tiempos hermosos jujeños", donde se llega al momento exacto más allá del reloj; aquí dejó de funcionar el mío y se lo entrego a la tierra pues él me es cada vez menos necesario.

He escrito, he creado y vuelto a cambiar de proyectos, ideas, pensamientos... He dado vueltas para atrás y para adelante, sin juzgar mi sentir. Logré ser la persona más triste y angustiada del mundo (habitando esos momentos), así como también la más abundante y suertuda del momento. He escuchado, historias reales y dolorosas que acompaño desde la palabra, mis rezos y deseos hermosos; para que nuestra mente en momentos de tanto caos y crisis no nos mienta, porque saben qué, descubro a diario: ¡En verdad estamos vivos! Solo en lo individual podemos mover nuestra energía interna y en lo vincular, POTENCIARLA.

Como mayormente, despegarme de un lugar me duele; lo acepto, lo siento, lo integro y soy consciente que la próxima parada algo inesperado me hará crecer, aparecerá y me sorprenderá desde mi completa inocencia estando en cero, entonces el amor que hoy siento solo aumentará y se elevará cada vez más.

Llegué con la idea de seguir viajando por proyectos laborales, doble y decidí buscar mi lugarcito, vuelvo a moverme y decido seguir viajando un rato más; JA! La que puede, sueña y se anima!

Gracias, por haber aparecido entre estos cerros y movimientos del amor. Gracias JUJUICITO por seguir siendo mi lugar elegido en el mundo y recibirme con tus puertas reales y abiertas. Gracias, Centro Cultural Casa del Tantanakuy por acobijarme, encontrarme y mimarme entre tus cactus y sonrisas amables.

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