top of page
Buscar

⁸Entre la madre y la muerte

  • Foto del escritor: Ayelen Maestra
    Ayelen Maestra
  • 5 nov 2024
  • 2 Min. de lectura

Mi amada madre, mi odiada muerte. Ambas se han hecho presentes en días de festejo, de recuerdos.


He pasado estas semanas entre los constantes mimos de mi Gran madre, a la cual adoro cada vez que vuelvo, como cuando era niña; niña que cree en los súper poderes, los cuales observo con adoración. He encontrado que es mi primer Maestra, de la cual aún sigo aprendiendo siempre de su simpleza, de su confianza plena, de su fortaleza. Su calma, su templanza, sus silencios, su amor hacía el terreno que con sus manos día a día va dando color, colores que se saborean en el plato de cada comida, comidas que nutren las almas con su amor de abundancia.



La abundancia, tiene ese don de siempre ampliarse y expandirse cada vez más y más, infinitamente... mas, he llegado a sentir que un día, la forma no alcanzará para contener tanto, y ahí, me agarró el miedo, y lloré en silencio.

La muerte, ha venido a mi mente en repetitivos momentos. Oh mi amiga Muerte, que se presenta en cada hoja de estas hermosas plantas, en todas las Ayes que ya pasaron y las que pasarán, en esos vínculos que en este tiempo le hemos dado muerte, esos seres que tanto amo y que ya no están que por más que busque o corra no hay lugar donde los pueda encontrar nuevamente; sus abrazos, sus olores, sus miradas cómplices o severas. La mente me ha llevado a cuevas muy oscuras porque a veces entender que el Paraíso está acá, es observar que en el presente no puede entrar el pasado todo el tiempo o el futuro corriendo.

Estar entre el amor de mi madre hacia la vida, entre la muerte que nos quita vida y ser VIDA en el medio sin caer, sin inclinarse hacia ningún lado de falsas ilusiones.

ree

Misiones, un hogar de olor a chipa. De sentarme horas y disfrutar de no tener que salir caminando a ningún lado, de familia que comparte los mates en silencio escuchando los pájaros cantando, de llegar nuevamente a los mismos lugares y volver a asombrar con ojos de inocente, con ojos de nuevos verdes.

Acá siempre me será más sencillo remover mis entrañas para gozar con los vivos y llorar por mis amados y extrañados muertos...



Y mientras, mientras voy haciendo, voy gozando, voy llorando, voy extrañando y aceptando nuestra distancia, voy escribiendo, voy cantando, voy danzando, voy amando y almando, voy VIVIENDO.


Gracias tierrita linda y colorada llena de amor maternal por compartirse y disfrutarse tanto una de otra. Gracias amiga muerte sin vos, se me olvidaría que estamos VIVAS. Gracias alitas porque me dejan seguir volando, tomando, soltando y sosteniendo esos lazos de profundo amor que se crean creyendo y armonizando.



ree

Extraño, lloro y río. Bailo, sonrió y sigo. Escribo, liviana sigo con brío.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page