Como si fuera la primera vez

Porque empezar relatando de este viaje, empieza por acá. No crean que ir detrás de un sueño es sencillo, por lo menos no para mí. Pero esos son los sueños, los deseos, impulsos llenos de energía para ir por ello, para seguir soñando.

Comienzo nuevamente a desarmar una casa, como hace un año; solo que esta vez con alegría con entusiasmo, con ganas de seguir viviendo sin tanto equipaje. Armar cajas; mirar, tocar, oler cada objeto y despedirse o abrazarlo para guardarlo en silencio por un tiempo. Decidir en cada instante, soltar en cada paso, amar su recorrido, su historia, su cuento que lo ha traído hasta este momento; o simplemente, pasar nuevamente por el corazón momentos de angustia, tristeza, oscuridad y sentirme brillante después de tanto oleaje… Entonces ver que es una ola más, que es como si fuera la primera que nado y me zambullo; pero recordar que ya hemos pasado por muchas y que todas nos han transformado para llegar hasta este momento presente.

En estos días, mis humildes recomendaciones, y de gente hermosa que me ayudo, son:

-          Tomarse ese tiempo para compartir mates, llamados, abrazos, cenas y todos esos mimos que nos reconfortan. Tomarnos recreos.

-          Recordar que estamos sensibles y que todo lo podemos llegar a ver con una profundidad mayor de la que es… Respirar más despacio.

-          Disfrutar el proceso de empezar cada caja y “despedirse” de los recuerdos. Si hiciste una sola caja ¡Esta bien! En ella hemos puesto corazón, alma y espíritu para tal misión.

-          ¡¡Reirse y llorar!!

-          Compartir con tus seres amados.

-          SABER, que estamos avanzando aunque parezca que hemos ido para atrás por momentos.

¡Acá me voy, preparando para partir, para compartir y para seguir volando viva!